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La Policía recomienda denunciar, no pagar y borrar el perfil.
Jienenses 'sextorsionados'

Jienenses 'sextorsionados'

El chantaje económico bajo la amenaza de divulgar imágenes sexuales se convierte en un delito en auge | «Suele comenzar con una petición de amistad en Facebook de una persona desconocida y muy atractiva, a menudo extranjera», advierten desde la Policía Nacional

Miguel Ángel Contreras

Domingo, 22 de enero 2017, 02:41

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«La chica era despampanante. Francesa. Teníamos ya algún amigo en común así que la acepté», recuerda Diego. «Yo escribo poemas y textos literarios a veces en mi muro de Facebook y me comentó que le gustaban. Entonces me dijo de hablar por privado». La historia podía haber seguido como muchas otras en los últimos dos años, cuando se han disparado los casos. Muy mal para Diego. Mensajes cada vez más subidos de tono, intercambio de fotografías con poca ropa o eróticas y finalmente casi pornográficas, cuando no vídeos directamente. Yentonces, los ciberdelincuentes pidiéndole dinero para no difundirlos por las redes sociales. En este caso lo que no podían imaginar es que al otro lado estaba un policía nacional, de la comisaría de Jaén, Diego Moya. «Sospeché desde el principio, comprobé que no tenía biografía. En cuanto me dijo de hablar por privado hice un pantallazo, reuní pruebas y lo denuncié. Es tentativa de estafa», señala. En su caso, no pasó a mayores, otros han tenido menos suerte o peor juicio.

La Policía Nacional ha recibido dos denuncias en Jaén por estos casos en los últimos tiempos y son muchas más las víctimas, calculan, pero la vergüenza y el pudor provocan que jamás lleguen a denunciarlo y «normalmente pagan», aceptando el chantaje. La extorsión económica bajo la amenaza de divulgar imágenes sexuales a través de las redes sociales es un delito cada vez más común en una provincia como Jaén. Le llaman sextorsión. Una nueva moda que comenzó a tomar fuerza en 2015, de cuando data la primera denuncia en nuestra provincia, capaz de arruinar la vida a cualquiera.

«Suelen empezar con una simple invitación en Facebook para tenerte como amigo y suele ser una mujer bastante atractiva, aunque no siempre es una mujer», apunta Moya. «Muchas veces viene amparada porque tenemos uno o dos amigos en común», añade, quienes quizá también imprudentemente han aceptado la solicitud.

A partir de esa invitación comienza un juego seductor entre la fémina normalmente y el titular del perfil de la red social, que cada vez va a más. El cénit de las conversaciones llega con el intercambio de imágenes íntimas, donde los desnudos no suelen faltar, con grabaciones incluso de masturbaciones o prácticas sexuales de otra índole.

Consejos antes y si ya ha caído

Detrás de esa supuesta persona que pide amistad hay desde criminales más o menos independientes a organizaciones criminales especializadas en la extorsión. El siguiente paso es pedir dinero a cambio de no enviar a las amistades o conocidos de las redes sociales las fotografías intercambiadas. Los perfiles de los afectados son de todo tipo, pero muchos disponen de una buena posición social y se ven muy afectados por lo ocurrido. «También buscan gente que vive en soledad, que ha dado tumbos en su vida sentimental. Muchos no denuncian y pagan, pero es un error. Los chantajistas siguen teniendo el material en su poder y en cualquier momento pueden pedir más dinero», avisa el portavoz de la Policía Nacional en Jaén.

'Evolución' del célebre virus de la policía que bloquea el ordenador

  • La práctica vendría a ser una evolución del conocido como virus de la policía. «Tras entrar en alguna página con contenido erótico o pornográfico te saltaba un pantallazo del rey, con el logo de la Policía Nacional y el Ministerio del Interior, que te bloqueaba el ordenador y te decía que tenías que ingresar un dinero para desbloquearlo. Aunque tú ingresaras el virus seguía ahí, no servía para nada», explica Diego Moya, portavoz del cuerpo en Jaén, que admite que «ha llegado bastante gente preguntándonos por esto».

  • Aconseja «restaurar el sistema y contar con un potente antivirus». «Esto ya es muy viejo y ahora han encontrado una mina de oro impresionante con la extorsión en las redes sociales», lamenta. Y es que mientras que en España el crimen tradicional está registrando descensos de entre el 3% y el 4%, el cibercrimen aumenta en torno al 12% anual.

«Detectar esto en Facebook es muy complicado. Hace dos años Google, Facebook y Twitter comunicaron que querían colaborar con la Policía para casos de ciberterrorrismo y ciberdelincuencia, pero es que ellos viven del volumen de interacciones y usuarios», lamentan desde el cuerpo.

«No es recomendable nunca intercambiar por las redes sociales imágenes íntimas, como tampoco lo es emitir datos personales comprometedores como números de documentos nacionales de identidad, claves de correos electrónicos o redes sociales o de tarjetas de crédito», aconsejan desde la Policía. Las organizaciones criminales suelen elegir bien a sus víctimas, principalmente entre gente con un nivel económico lo suficientemente holgado. Detrás hay auténticos ingenieros informáticos y ciberdelincuentes, advierten.

Lo aconsejado por las fuerzas policiales cuando se cae en las redes de estas mafias es denunciar lo antes posible y acumular el máximo de pruebas. También es muy recomendable borrar todos los perfiles utilizados por la víctima en las diferentes redes sociales.

Este tipo de conductas comportan un delito de extorsión, el cual penaliza con condenas de prisión de entre uno y cinco años. El Código Penal, en su artículo 243, castiga a aquellos que, con ánimo de lucro, obligan a otro, con violencia o intimidación, a efectuar u omitir un acto o negocio jurídico en perjuicio de su patrimonio o del de un tercero. Por tanto, la ley protege ante este tipo de situaciones, con independencia del medio o herramienta que los autores empleen en su comisión.

La sextorsión es uno de los delitos que más crece en España, donde cada día se reciben una media de ocho denuncias por este tipo de hechos delictivos. En numerosas ocasiones no suelen operar desde España, asentadas en otros países como Costa de Marfil, Francia o Italia, por citar los más comunes. Uno de los principales problemas para seguir a estas mafias es que acostumbran a estar ubicadas en países africanos donde el brazo de Interpol (la policía internacional) no llega.

Los pagos se suelen efectuar a través de agencias que no dejan rastro por internet; y lo peor: efectuar el pago «no garantiza que no vuelvan a exigir una nueva cantidad. Lo recomendado es no pagar nunca».

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