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Cristian Uta grita eufórico tras la victoria mientras Edu Pérez, de cara, y Álex Bortulossi se abrazan.
Una Copa  para brindar por la afición
COVIRÁN GRANADA

Una Copa para brindar por la afición

Un rejuvenecido Jesús Fernández impulsa al Covirán en una final con más de seis mil personas en el Palacio

JUANJO MARTÍN

Domingo, 22 de enero 2017, 01:07

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Un escalofrío de los que ponen la piel de punta debió atravesar el cuerpo de todos los integrantes del Covirán Granada cuando saltaron a la cancha y se encontraron con el excepcional ambiente que se configuró ayer en las gradas del Palacio. Se preveía una buena entrada, aunque hasta la más optimista de las previsiones saltó por los aires al toparse con la maravillosa realidad. El club anunció a bombo y platillo una gesta inédita en la LEB Plata y más propia de escalafones superiores en el baloncesto nacional. La asistencia en el pabellón del Zaidín alcanzó los 6.118 espectadores. Casi nada.

Esa fue la primera canasta para la escuadra de Pablo Pin en una final de la Copa LEB en la que se impuso a Lucentum (80-74) gracias a la seriedad mostrada por todo el colectivo y al enorme partido de Jesús Fernández. El conjunto nazarí tenía claro desde la pasada campaña que los minutos del 'americano de Villena' había que racionarlos para que pudiese llegar fresco al momento importante de la temporada. Los 'play offs' de ascenso, en los que los rojinegros poseerán el factor cancha en todas las eliminatorias, se divisan ya en el horizonte, pero el ala-pívot dejó ayer una buena prueba de lo que puede dar de sí estando descansado, por muchos 41 años que diga su DNI que posee.

Cuando recibe el balón en sus manos parece que no pasa el tiempo. Son ya dos décadas poniendo en práctica su famoso reverso por la línea de fondo, pero cada vez que lo hace parece que es una maniobra novedosa, pues siempre despista a su defensor para lograr la canasta. Fernández llegó a las eliminatorias de ascenso del pasado curso mermado por el desgaste de todo el año y su lesión en el tramo final así lo evidenció. Este año, con una menor carga durante la fase regular, el cielo es el límite para un decano de las canchas con la ilusión de un chaval que acaba de debutar.

Precisamente Fernández intentó dar el primer golpetazo en la mesa nada más empezar la final, colgando un balón muy arriba para que De Lattibeaudiere lo hundiera. La jugada no les salió, y de lo que habría sido una demoledora primera posesión se pasó a un dominio inicial del Lucentum, que completó una mejor puesta en escena.

Lucentum golpea primero

Con 'Latti' enfilando el banquillo por dos faltas en apenas minuto y medio, los alicantinos se apoyaron en Lobo y Marzo, sus dos principales referentes exteriores, para establecer las primeras diferencias en el encuentro. Los rebotes ofensivos completaron un peligroso cóctel que amenazó con fastidiar la fiesta montada en el Palacio, donde los visitantes lograron surfear sin problemas sobre la 'marea roja' formada por los seguidores locales.

El alero Méndez se unió a la fiesta en pista delantera y Rejón aprovechó el lapso de descanso de Fernández con tal de beneficiarse de la inexperiencia de Uta. Dos triples consecutivos de Nikolic abonaron el germen de duda que había surgido en los primeros compases y que creció hasta el 19-27 con el que finalizó el cuarto. Ese escenario adquirió un cariz aún más preocupante nada más empezar el segundo acto con una acción en el poste de Aramburu (19-29).

La distancia psicológica de los diez puntos se había alcanzado. Todo un reto para un Covirán que la pasada semana se hundió en una situación similar ante un adversario mucho menos talentoso como Alcázar. La respuesta de los anfitriones fue sencillamente inmejorable. Uta cogió un rotulador para oscurecer el color verde que siempre se le asocia por su juventud. Con sus rechaces ofensivos en el aro de Lucentum y sus puntos bajo el aro sostuvo a los nazaríes en esa crisis. Un tapón de Bowie y el posterior contraataque de Bortolussi, culminado con un '2+1', le endosó un parcial 9-0 a los levantinos con el que la tranquilidad regresó a la grada (28-29).

El duelo copero entró en una fase de igualdad que se alargó hasta la bocina final, con rentas mínimas que se enjugaban en menos de un minuto apenas hubiera un mínimo de acierto del equipo que estuviera por detrás. La afición vibró con el espectáculo ofrecido por ambos conjuntos, aunque la mayor cuota de decibelios se la volvieron a dedicar a los colegiados.

En esta Copa LEB hubo tres árbitros, pero ni con treinta se evitarían ciertos errores de apreciación que exasperaron a los seguidores granadinos. Ese clima de crispación le sentó bien al Lucentum, que con un nuevo parcial de 0-7 abrió una pequeña brecha que los triples de Milekovic y Fernández cerraron a tiempo (39-42 al descanso).

Despertar de 'Latti'

El tercer acto vivió el despertar de 'Latti', que se desquició por sus faltas y que tardó en enderezar su sendero. Cuando lo hizo ratificó el enorme efecto defensivo que permite su presencia. Cuatro tapones colocó, aunque en uno de ellos el balón lanzado por Ferguson acabó entrando por el aro con bastante fortuna. El jamaicano es un coloso en la pintura y pocos se atreven a ir contra él,

lo que obligó a los alicantinos a hallar otras vías de acceso a la canasta.

En ese plan alternativo se topó con la mejora en pista trasera de los rojinegros, que con su actividad y presión en las líneas de pase lograron desenchufar a los visitantes. Fernández devolvió el mandato en el electrónico con dos tiros libres después de varios minutos por detrás. No obstante, la tercera personal de Bowie y la erupción ofensiva de Martín enfriaron una vez más los ánimos nazaríes.

Esaa intensidad atrás cortocircuitó al Lucentum y una pérdida con mate a la contra de 'Latti' obligó a Zapata a pedir tiempo. Lobo y Marzo acudieron una vez más al rescate y la diferencia se redujo a una canasta, aunque ya no recuperaron el liderazgo en el electrónico. Era el momento de la verdad y los visitantes otorgaron la responsabilidad a Rejón, mientras que los locales les emularon con Fernández. El pulso entre 'cuarentones' se decantó por el hecho de que el de Villena contó con Uta, un relevo con el que pudo recuperar el aliento. En cambio, el líder del Lucentum no gozó de descanso y llegó menos lúcido.

Aun así, Rejón anotó a la media vuelta para colocar el 70-69 a dos minutos de la conclusión. Almeida clavó entonces un triple desde la esquina en el que la grada, sin uñas ya de la emoción, temió que le hubieran indicado falta previa en el rebote. No hubo pitido y sí gritos por parte de un Palacio que siguió coreando con el tapón de Bowie y el temple de 'Carlinhos' desde la línea de personal. El Covirán conquistó así una Copa que no dudó en alzar para hacer un brindis por una afición de récord que, sin duda alguna, fue clave en este memorable éxito.

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