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Las otras cuentas del metro de Granada

Las otras cuentas del metro de Granada

Se espera que los negocios cercanos a la paradas suban ventas un 20%, las viviendas se revaloricen un 15% y se activen proyectos inmobiliarios

Jorge Pastor

Sábado, 18 de febrero 2017, 02:17

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El consejero Felipe López zanjó el jueves el debate. El metropolitano de Granada entrará en servicio el próximo 31 de marzo. Después de incumplir los plazos hasta en siete ocasiones, parece que, esta vez sí, empieza a escribirse el epílogo de una larguísima historia que se inició allá por 1998. Hace dieciocho años. Ha llegado ese momento trascendental de pasar de los dichos a los hechos. De las expectativas a las realidades. De dar y quitar razones. A ello vamos. Uno de los grandes pretextos que justificaron en su día una inversión de más de quinientos millones de euros fue la rentabilidad que tendría este medio de transporte para la ciudad. Es decir, en qué medida dinamizaría, por ejemplo, sectores tan importantes para Granada como el comercio en términos de generación de riqueza y, por tanto, de empleo.

Los ayuntamientos por los que discurren los dieciséis kilómetros del trazado, o sea Albolote, Maracena, Granada y Armilla, lo tienen claro: el metro se convertirá en un dinamizador de la actividad productiva. Propiciará las idas y venidas de millones de viajeros -en el primer año, once millones según la Junta. O volviendo la oración por pasiva, de millones de potenciales clientes para bares, papelerías, panaderías... La conclusión de las obras ya conllevó ciertos movimientos empresariales en puntos estratégicos como los apeaderos -veintiséis en total-. Estudios de impacto, como los encargados en Sevilla por la propia Junta, apuntan a que los establecimientos situados en el área de influencia del metro podrían incrementar su facturación entre un veinte y un treinta por ciento, y que el precio de los inmuebles también podría subir entre un quince y un veinte por ciento, unos porcentajes que se vinculaban, eso sí, a la coyuntura económica y al ciclo inmobiliario del momento. ¿El cuento de la lechera? La respuesta parece que, esta vez sí, está a la vuelta de la esquina.

Granada

El declive y el resurgir del Camino de Ronda

Granada, que soportó la pesada losa de unas obras que se prolongaron durante ocho años, tiene mucho que ganar con la entrada en funcionamiento del metropolitano. Según la concejala de Urbanismo, Raquel Ruz, el Camino de Ronda puede ser el perfecto reflejo del declive y el resurgir de una calle de cuatro kilómetros, la de mayor longitud de Granada, que será atravesada desde Méndez Núñez hasta el Zaidín -y bajo tierra- por las 'balas verdes'. Entre los quebrantos que conllevó la construcción del metro y la crisis económica cerraron cientos negocios. «Ahora, tras la finalización de los trabajos, el Camino de Ronda ha renacido con la implantación de bares, restaurantes y cafeterías que están aprovechando la amplitud de las aceras para la colocación de terrazas, y también por la disponibilidad de una tipología de bajos con una superficie ideal para que se instalen clínicas oftalmológicas o dentales», refiere Raquel Cruz. «A partir de ahora -añade- entramos en una tercera fase en la que la oferta comercial del Camino de Ronda se completará con tiendas que aprovecharán el paso de gente y habrá mucha rotación de público».

Raquel Ruz explica que uno de los barrios donde puede haber una mayor revalorización de los edificios es el Parque Tecnológico de la Salud (PTS). Allí se sitúan equipamientos que tendrán una alta demanda del metropolitano como el nuevo hospital o como los estudiantes que acudan a diario a las distintas facultades de la Universidad de Granada, todas relacionadas con la rama sanitaria, que hay en la zona. A todo ello hay que sumar, a juicio de Raquel Ruz, la mayor facilidad de movimiento para los turistas y la puesta en valor, como reclamo para los visitantes, de los restos arqueológicos hallados en Alcázar Genil.

Maracena

Un acicate para desarrollar 500.000 m2 de suelo

Maracena también espera que el metropolitano contribuya al progreso de un municipio que, según su corregidor Noel López, puede situarse en una horquilla poblacional que irá de los 35.000 a los 40.000 habitantes en el largo plazo. Unas estimaciones que se fundamentan, entre otros pilares, en el metropolitano y en los atractivos de la localidad «mejor comunicada del Área Metropolitana», a juicio de su primer edil.

Noel López considera que los perjuicios que supuso la ejecución del metro, con la eliminación de unas sesenta plazas de aparcamiento, se compensarán con la mayor afluencia que habrá, entre subidas y bajadas de pasajeros, en calles comerciales como López Cantarero y Blasco Ibáñez. «Serán más las ventajas que los inconvenientes», asegura Noel López, quien indica también que el metropolitano potenciará el carácter de ciudad de servicios que ya tiene Maracena, «que ha basado su crecimiento en su posición estratégica respecto a carreteras tan importantes como las que van a Jaén, Almería y Málaga».

El entramado de comunicaciones se completa ahora con el metropolitano, que tiene tres paradas en el término municipal. A criterio de Noel López, el metropolitano será un revulsivo para el desarrollo de una bolsa de suelo de 500.000 metros cuadrados que ya está catalogada como residencial en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), por lo que no se requiere ningún tipo de modificación. «Bastaría con la conformación de las juntas de propietarios y la redacción de los proyectos para que, en el plazo de dos años, los titulares puedan iniciar promociones en solares que, tal y como están calificados, ya estarían disponibles», refiere el primer edil maracenero, quien también subraya la incidencia favorable que estas licencias de obras tendrán sobre el tejido empresarial y sobre la creación de puestos de trabajo.

Albolote

Otra puerta de entrada al Polígono Juncaril

Para la alcaldesa de Albolote, Concepción Ramírez, el metropolitano sólo traerá beneficios. «Aquí, cuando empezaron las obras, no hubo problemas, ni cierre de negocios, ni tampoco grandes quejas vecinales», señala Ramírez, quien hace hincapié en la importancia de que llegue gente a Albolote cada ocho minutos, que es la frecuencia prevista entre tren y tren. Concepción Ramírez manifiesta que el metro facilitará la movilidad tanto de los alboloteños hacia Maracena, centro Granada, hospital del PTS y Armilla como a la inversa, ahora mismo condicionada por los continuos colapsos en la Circunvalación que ralentizan el tránsito de personas y mercancías hacia polos industriales de la relevancia de Juncaril, uno de los principales polígonos de la provincia, donde radican grandes firmas de ramos como la distribución. No existe ninguna línea que conecte directamente Albolote con Armilla, una carencia que quedará resuelta con el metro, que tardará cuarenta y cinco minutos en completar el recorrido de un extremo a otro.

Concepción Ramírez confía en que el metro también sea un dinamizador turístico para Albolote, cuyo término se extiende por casi ochenta kilómetros cuadrados. También considera que puede beneficiar a la restauración, los hoteles y los comercios de Albolote.

Armilla

Crece un 10% la solicitud de licencias comerciales

Armilla, que se encuentra al final -o al principio- del metropolitano, también ha depositado unas «esperanzas tremendas» en este nuevo medio de transporte, en palabras del alcalde Gerardo Sánchez. La traza del tranvía por Armilla, vinculada a la peatonalización del centro urbano, está finalizada desde el año 2009. La parada central se ha convertido ya en un punto de atracción empresarial y también de la vida ciudadana. Tanto es así que las entidades financieras han cambiado su antigua ubicación y ya se concentran en este espacio. El Consistorio ha registrado un aumento superior al diez por ciento en la cifra de licencias comerciales solicitadas, un repunte que, según Gerardo Sánchez, se debe al metropolitano, por una parte, y a la inauguración del Nevada, que se produjo el pasado 22 de noviembre.

Gerardo Sánchez comenta que también están surgiendo proyectos vinculados al metropolitano como una residencia de estudiantes. Además, la cercanía del Parque Tecnológico de la Salud y de los edificios de la UGR, conectados por el metro, atraerán hasta Armilla tanto a universitarios como a personal médico que trabaja en el centro hospitalario del PTS.

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