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«Manuel Díaz no es que perdona, es que olvida»

«Manuel Díaz no es que perdona, es que olvida»

Vicky Martín Berrocal alaba «la inmensa generosidad» de su exmarido al torear con Julio Benítez. Y avisa: «Mi hija también está esperando un abrazo de su abuelo, El Cordobés»

ARANTZA FURUNDARENA

Domingo, 19 de febrero 2017, 16:25

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El 11 de marzo cumple 44 años. Y el mejor regalo lo ha recibido ya: el encuentro en una plaza de toros de Manuel Díaz con su hermano Julio Benítez. Un encuentro esperadísimo que se producirá justo ese 11 de marzo. Expresiva y transparente, Vicky no oculta su emoción... Ni en sus mejores sueños pensó que vería reunidos a Manuel, su exmarido, con el hijo (este sí, reconocido y nacido dentro del matrimonio) de El Cordobés, el mítico torero al que trató mucho de niña porque era el mejor amigo de su padre. Si ella hablara... Algún día lo hará. Pero de momento prefiere centrar su entusiasmo en sus diseños y en un reciente viaje a Londres como embajadora de un detergente. Porque Vicky como vendedora no tiene precio. Ella te dice con esa pasión andaluza que 'Ariel 3 en 1 Pods' lava más blanco y tú la crees.

En Londres ha conocido a Giles Deacon, el probable diseñador del vestido de novia de Pippa Middleton... «Me moría de ganas de preguntarle si será él, pero no me atreví», confiesa Berrocal. Ella, pese a diseñar trajes nupciales, no piensa por ahora en una segunda boda ni tiene siquiera pareja. Aunque algo le hace pensar que este año va a encontrar al hombre definitivo.

«O lo digo o reviento, cada día que pasa te admiro más!!! Qué grande eres». Es el mensaje que Vicky ha dedicado en su cuenta de Instagram al padre de su hija, Manuel Díaz El Cordobés, al saber que el torero compartirá cartel con su hermano Julio Benítez en Morón de la Frontera. «Manuel es un tío generosísimo -asegura-. No es que sepa perdonar, es que olvida totalmente los agravios. Le puede el corazón. Mi padre solía decirle que lo tenía como una casa de huéspedes».

«Me sobraban los papeles»

Tras una apoteósica boda en Sevilla en 1997, el matrimonio de Vicky y Manuel solo duró cuatro años, pero ella sigue sintiendo devoción por su exmarido. «La verdad acaba ganando siempre. Esto llega ahora y a lo mejor dentro de seis meses se produce por fin ese abrazo pendiente de Manuel Benítez -vaticina-. Pero incluso sin ese abrazo, la vida de Manuel ya ha dado un giro. Este es un paso más en el camino de ese reconocimiento por parte de

Benítez. Y yo espero y confío que se produzca». Porque ella nunca tuvo dudas sobre quién es el abuelo paterno de su hija Alba, de casi 16 años. «Alba quiere conocerle. Sabe quién es. Yo siempre le he dicho: ese señor es tu abuelo. A mí me sobraban los papeles, el ADN y la servilleta».

Vicky además puntualiza: «No soy la protagonista de esta historia, pero he convivido con los dos y formo parte de ella. Si al final todo ocurre como yo deseo que ocurra, podré tener la gran satisfacción de contar todo lo que he vivido en mis carnes. Ojalá Benítez le diera ese abrazo a mi hija, por la amistad que le unió con mi padre. Eran íntimos, se adoraban. Y ahora mi hija, por desgracia, solo tiene un abuelo, porque el otro, que era mi padre, ya no está».

La diseñadora aún no ha decidido si irá a la corrida del 11 de marzo. «No sé, me gustaría quedarme yo en casa y que vaya quien tenga que ir. Si Manuel Benítez va, sería uno de los días más felices de mi vida». Y eso que alegría a Berrocal no le falta. El día de San Valentín colgó una frase en las redes que decía: «Tantas parejas juntas que no están enamoradas y tantos enamorados que no están juntos...». Ella asegura pertenecer a la segunda categoría.

«Amar sin conocer»

¿Está viviendo la diseñadora un amor platónico? «No», niega rotunda... ¿El comienzo de un romance? «No sé, no sé -reflexiona-. Se equivoca una tanto, y la vida te da tantas sorpresas». Luego confiesa que ella ha llegado a «amar sin conocer». Se coló por alguien que «realmente no estaba en mi vida, no le conocía tanto, ni formaba parte de mi día a día. Y no pasó con él tanto como yo llegué a imaginarme... Pero esos enamoramientos existen, tú te haces tu mundo y te lo crees. Yo llegué a pensar que era el hombre de mi vida».

No desvela Vicky quién le provocó esa pasión. Quizá el pintor y galerista Domingo Zapata, del que una vez afirmó que era el amor de su vida... O tal vez no. La cosa es que ella no tira la toalla. Concentrada durante los últimos años en su firma Victoria, con trajes de novia y de fiesta, la diseñadora reconoce haber trabajado «como una bestia», sin dejar un resquicio para su vida personal. Pero eso ha cambiado. «Ahora si tengo que ir a una cena voy». Quizá por eso ve más cerca la posibilidad de un romance...

«Estoy totalmente convencida de que este es mi año, que en 2017 voy a conocer a la persona que me acompañe», sentencia. Y para que el amor la encuentre en plena forma ya se ha puesto a dieta. Un plan para adelgazar, de aquí a mediados de mayo, unos 12 o 15 kilos. «Me han puesto un entrenador personal y le estoy cogiendo una manía...», bromea divertida Vicky, que en un arranque de sinceridad ha colgado en Instagram la siguiente frase: «Hago tan poco deporte que si algún día me ven correr, corran ustedes también... Porque algo grave pasa».

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