Borrar
Las 104 Viviendas son las primeras edificaciones de este barrio de la capital, cuyos vecinos se muestran encantados de formar parte de él
Un cortijo cada vez más grande

Un cortijo cada vez más grande

En este barrio se vive bien, según cuentan sus vecinos, que en los últimos años se han quitado de encima la Feria y han dado la bienvenida al Parque de las Familias

Sergio González Hueso

Domingo, 5 de julio 2015, 00:20

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Pese a que desde Subdelegación del Gobierno acaban de rebajar el nivel de alerta por calor de naranja a amarillo, en la calle apenas nadie nota la diferencia. En Cortijo Grande las señoras se toman un respiro en los bancos después de hacer la compra y antes de llegar a casa. Con los carritos apoyados en sus rodillas y bajo un árbol cualquiera de este barrio, ninguna conoce con exactitud donde se ubica la plaza Albaida. Les suena, no cabe duda, pero «de sopetón» y «con esta calor» se les hace complicado localizar en la cabeza la combinación correcta de direcciones que desembocan en el corazón de esta zona apacible de la capital por la que camina una buena mañana de julio un periodista.

Busca a Emilio Hernández Sierra, el jefe, otrora alcalde de barrio, presidente hoy de la asociación de vecinos de Cortijo Grande. Él es el mejor enlace que se puede tener en esta zona. Representa a sus vecinos desde los ochenta, por lo que sabe de primera mano la evolución vivida así como lo que queda por hacer, que parece que no es mucho.

Tras unos cuantos rodeos, la susodicha plaza aparece de repente con una frondosidad vegetal casi inédita en Almería y su consiguiente sombra, que logra rebajar unos grados la asfixiante calima que ataca a la ciudad. Según cuenta Emilio, que aparece para sentarse en uno de los bancos de la plaza, aunque parezca mentira hay vecinos que no están muy satisfechos precisamente por el porte de los árboles, pues no les dejan ver el horizonte, que lo recorta unas cuantas casas y un colegio. Nada importante si se compara con el microclima, ideal para los meses de verano, que logra la vegetación reinante, una de las características de Cortijo Grande.

Emilio Hernández Sierra reconoce que esta plaza luce hoy de categoría. Hace unos meses que la han remodelado desde el Consistorio y pese a que resta algún que otro retoque, como por ejemplo sanear alguna que otra medianera, lo cierto es que desde la asociación de vecinos están satisfechos por el resultado. Como también lo están por lo realizado en otros puntos concretos del barrio. El presidente explica que la relación con la junta de distrito es estrecha, lo que actúa en favor de que sean pocas las reivindicaciones que quedan por atender.

El secreto de Hernández Sierra es pedir a los que mandan desde la «cordialidad, la educación y cuando toque», asegura. Y parece que funciona. En los últimos años se han hecho muchas cosas que han hasta dinamizado a esta punto de Almería. Que si hace unos años vivía atormentado por la cercanía de la feria, ahora se congratula de tener a sus pies, por ejemplo, el Parque de las Familias, la inversión más importante del Ayuntamiento en el anterior mandato y uno de los polos de atracción más grande de la Almería de 2015.

De una explanada infrautilizada a un pulmón verde que ha puesto a este barrio en el mapa, si es que quedaba alguien que no lo ubicase.

Las cinco zonas

De las 104 viviendas a los triplex y duplex, pasando por la Celulosa o los pisos rojos. Estos pequeños territorios son los que componen Cortijo Grande, que se encuentra tan cerca del centro como de la playa. El típico lugar a medio camino de todo que mantiene las ventajas de la centralidad pero que cuenta con aparcamientos de sobra y tranquilidad a partes iguales.

Encarna es una vecina que lleva 30 años en las 104, las primeras edificaciones que vio el barrio y que por un corto espacio de tiempo hasta dieron nombre a esta zona. Es tajante cuando se le pregunta que tal se vive entre estas calles. «Muy bien», dice convencida mientras un hombre se asoma a la ventana de su piso para fumarse un cigarro. Su casa se ubica frente a la pequeña plaza a la que da nombre José María Artero, catedrático español y primer presidente del Ateneo de Almería. Asegura que el barrio está «limpio» y últimamente «mejor cuidado». Y para apoyar su argumento se basa en la teoría de contrastes.

Sin que le pregunten dirige su mirada al barrio de enfrente, a las 500 Viviendas, que pese a estar separado de Cortijo Grande por los pocos metros que mide de ancho la avenida del Mediterráneo, su aspecto es completamente opuesto.

La evolución no ha sido la misma de un lado a otro de esta arteria. Mientras que en Las 500 o en El Tagarete la construcción n que domina sigue siendo en muchos casos aquellos bloques sin ascensor que hizo la Falange, en Cortijo Grande las 104 Viviendas, además de que fueron rehabilitadas hace relativamente poco tiempo, abrieron paso a una zona de expansión que es hoy el sueño de cualquier pareja recién casada. Emilio Hernández Sierra cuenta la historia de crecimiento ordenado del barrio, que ha pasado de la noche a la mañana de un viejo Cortijo situado a las afueras de la ciudad, una fábrica de celulosa y una vaquería de leche, con todo el mal olor que todo ello desprendía, estiércol incluido, a una zona residencial casi céntrica repleta de zonas verdes y cuyas calles tienen nombres de flores.

Emilio dice que tal cosa fue idea de la asociación, a la que hace responsable casi en su totalidad de la transformación que ha vivido con el tiempo este barrio. Entre los hitos que señala, está en un lugar bien destacado el centro vecinal. «El más grande de toda la ciudad», asume este vecino, que está orgulloso de que ahora el centro esté ocupado por el área de Mujer o por el de Participación Ciudadana. Se ubica frente a la explanada que llegó a convertirse en el Parque de las Familias, que ha dinamizado, sin lugar a dudas, Cortijo Grande.

Al albur de este equipamiento hiperbólico han germinado bares, comercios y otras pequeñas actuaciones de las que se benefician, sobre todo, los vecinos del barrio. Un ejemplo claro se encuentra en el pequeño solar que el Ayuntamiento convirtió hace unos meses en aparcamientos. Con ello, la zona de los duplex se ha quitado de encima un terreno que rompía la estética general, que ha dado un giro de 180 grados entre unas cosas y otras.

Algunas demandas

Son pocas las demandas que le quedan a Cortijo Grande. Lo dice Hernández Sierra, que señala sin embargo alguna que otra que aunque comprometida por los que mandan, aún quedan por hacer. Por ejemplo, unas pistas de petanca para los mayores del barrio. Se hará, porque así se lo dijeron en el Consistorio, en una pequeña plaza sita en la avenida del Mediterráneo con Marina Española que se ha vallado para la ocasión. «Ya lo saben en el Ayuntamiento y se han comprometido a ello, pero bueno está recordarlo», incide el presidente de la asociación, que menciona otros dos asuntos, a su juicio, necesarios para el barrio. Por un lado, una conexión para el carril-bici que contemple el puente de la avenida, y por otro, una oficina de Correos. A este vecino le parece que la que hay más cerca no lo está tanto -en el Zapillo- por lo que insta al Gobierno central a que se anime y la ponga porque cada vez son más los vecinos que habitan en este lugar, que linda con la Vega de Acá, un barrio al que Emilio quiere integrar en la asociación. «Le irá bien si lo hace», concluye.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios